Queridos
vecinos,
el Gobierno
está acelerando los pasos para la aprobación de su proyecto de Ley de Reforma
Local, que deja a los ayuntamientos españoles menores de 20.000 habitantes (la
inmensa mayoría) sin apenas competencias para atender las necesidades de los
ciudadanos. Si la ley llegase a aprobarse en sus actuales términos, los
servicios públicos más básicos e inmediatos (abastecimiento de agua, recogida
de basuras, limpieza de los núcleos urbanos, mantenimiento y pavimentación de
calles e infraestructuras, alumbrado público, entre otros) pasarán a ser
responsabilidad de las diputaciones provinciales e, inevitablemente, quedarán
en manos de empresas privadas. Ello acarreará graves perjuicios para las
personas, especialmente en el medio rural:
- alejamiento
de los ciudadanos a la hora de solucionar
problemas o de realizar mejoras en los servicios; efecto “contestador
automático” (como ya conocemos en algunas empresas), con la inevitable pérdida
de calidad que ello supone
- encarecimiento
de los servicios, al tener que pagar los
ciudadanos de nuestros bolsillos los beneficios empresariales (¿o es que las
empresas van a prestar servicios sin esperar beneficios?)
- especulación
económica con las necesidades básicas de los
habitantes de los pueblos
- pérdida
de control de los servicios públicos básicos que
recibimos; no podremos elegir quién, ni cómo, ni por cuánto se nos prestan esos
servicios, al más puro estilo de los monopolios empresariales
Por
otro lado, la Ley propone la centralización de muchos servicios, poniendo en
grave peligro el mantenimiento en nuestros pueblos, entre otras atenciones a
los ciudadanos, de:
- consultorios
médicos
- bibliotecas
- toda
iniciativa relacionada con la educación, la cultura, el ocio y el deporte
- todo
servicio de atención social
El
Gobierno señala como un lastre económico y social a los municipios rurales, los
más pequeños y vulnerables, aquéllos en los que la inmensa mayoría de cargos
públicos ejerce su responsabilidad en régimen de voluntariado (sin ningún tipo
de contraprestación económica). Los pueblos venimos prestando servicios básicos
a nuestros vecinos desde la cercanía y la optimización de recursos,
agrupándonos para ello cuando es oportuno; venimos cuidando de nuestros
territorios, cuya suma es el territorio del país, intentando promover nuestro
desarrollo y mirando al futuro.
Por todo ello,
no aceptamos que se nos utilice como chivos expiatorios de desmanes ajenos, por
el simple hecho de ser los más alejados y vulnerables. La pancarta que hoy ves
colocada en el pueblo responde a nuestra protesta ante lo que consideramos un
injusto ataque contra el mundo rural, y es fruto de una campaña, abierta a toda
sensibilidad u opción política, que estamos promoviendo muchos municipios
conjuntamente, cada vez más, para que el Gobierno recapacite, retire su
proyecto y se siente a promover reformas (y no rupturas indiscriminadas) que
supongan mejoras reales para el medio rural y quienes lo habitamos.
Os animamos,
pues, a participar de esta defensa y a sentiros orgullosos de no permanecer
impasibles ante la injusticia y la deslealtad que sufren nuestros pueblos.
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